y su paso por Argentina y Uruguay |
El conocimiento es siempre provisional, lo que hoy se presenta como una realidad
irrefutable, invariablemente sufre modificaciones totales o parciales en la medida que
van apareciendo nuevos hechos o avances de naturaleza tecnológica que transforman
esa realidad conocida. Así aparece la investigación científica que podemos definirla como una rutina de trabajo sistemático, continuo y acumulativo que permite obtener, evaluar y validar eficientemente y de manera objetiva información acorde con el problema o incógnita que se procura resolver, mediante fundamentados que proveen un marco conceptual fiable para una determinada acción. Sin lugar a dudas es un camino difícil plagado de hechos concretos recuperados de distintas fuentes (primarias y secundarias), pero también de conjeturas y afirmaciones que por momentos resultan tan sorprendentes como desconocidas y que al final del camino demuestran una vez más la provisionalidad del conocimiento. Como ocurrió con muchos aviadores de los inicios de nuestra aviación el personaje del que escribiremos en esta oportu-nidad tuvo una actividad que tal vez no fue apropiadamente reflejada en los medios periodísticos de la época. Nació en Bruselas, Bélgica el 17 de diciembre de 1889. Sus padres fueron Leopold Joseph Desiré y Lepoldine Josep-hine Wilkin. Se habría iniciado la actividad aeronáutica como mecánico más o menos cuando contaba con veinte años,y esto se produjo en la localidad francesa de Chalons-Sur-Marne bajo la tutela de los hermanos Voisin. De ellos Charles Voisin vino al país a principios de 1912 como Director Técnico de una comitiva de pilotos entre los que se encontraban: Roland Garrós (francés), Edmond Audemars (nacido en Ginebra), René Barrier (francés) y dos mecánicos de apellido Hue y Schuck. |
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